Eran las postrimerías de los años 30, cuando el sencillo y caluroso hogar de don Juan y doña Josefa se ve adornado con el nacimiento de su primogénito. Las hojas del calendario no pasan sin hacer aportes a la madurez, que a temprana edad va adquiriendo aquel retoño: por un lado la dulzura de la madre y por el otro el recio temperamento de su padre, trabajador incansable, como todos los de la familia. CRÓNICA “EL RETORNO DEL NIÑO LEÑADOR” Leer Más...